Este estudio que presentamos a continuación es el resultado de una fructífera colaboración entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación ProFuturo. Su propósito es ofrecer una guía práctica para el diseño de estrategias basadas en datos destinadas a fortalecer la formación docente en América Latina y el Caribe.
En la era digital, los datos se han convertido en un recurso clave para mejorar las políticas públicas educativas. Su recopilación y análisis permiten identificar patrones, reconocer áreas de mejora e impulsar decisiones informadas y basadas en evidencia. Los docentes son el principal ingrediente de cualquier sistema educativo orientado al aprendizaje efectivo. La digitalización de los sistemas educativos ha avanzado significativamente, con una aceleración marcada tras la pandemia.
Sin embargo, para que las herramientas digitales se traduzcan en aprendizajes más relevantes y de mejor calidad, es imprescindible que los docentes puedan apropiarse de ellas y hacer un uso efectivo en aula. Por ello, comprender el nivel de madurez de sus competencias digitales es clave. Este informe representa un primer esfuerzo regional por recopilar la percepción de los docentes sobre sus propias capacidades para integrar de manera efectiva las tecnologías digitales en sus prácticas educativas. Los datos recogidos a través del autodiagnóstico basado en la Guía Edutec ofrecen una fuente valiosa para orientar a las autoridades educativas en el diseño de políticas públicas y planes de formación que respondan a las verdaderas necesidades de los docentes.
Cuanto mejor comprendamos cómo los docentes evalúan sus propias habilidades y necesidades, mayores serán las probabilidades de diseñar ofertas formativas pertinentes, eficaces y sostenibles. Identificar brechas es el primer paso para diseñar intervenciones que aseguren que cada inversión en tecnología redunde en una mejora tangible de la experiencia educativa de los estudiantes. Contar con herramientas y metodologías que permitan mapear las necesidades formativas de los docentes en relación con la tecnología es hoy más necesario que nunca. Pero, más allá de servir como insumo para los sistemas educativos, estas herramientas deben empoderar al propio docente: brindarle información útil para identificar áreas de mejora, y ofrecerle una hoja de ruta personalizada que lo acompañe en su proceso de desarrollo profesional, desde la reflexión hasta la implementación en el aula.
En definitiva, este estudio invita a reflexionar sobre la urgencia de fortalecer las competencias digitales docentes como condición indispensable para mejorar tanto el acceso como la calidad de la educación en la región. Para ello, es necesario partir de un marco conceptual compartido y de instrumentos de medición validados que permitan contar con diagnósticos precisos y comparables. Esperamos que los hallazgos aquí presentados sirvan para orientar una nueva generación de políticas públicas que acompañen a los docentes y a los sistemas educativos de América Latina y el Caribe en el aprovechamiento estratégico de toda inversión realizada en tecnología. Solo así podremos asegurar que la transformación digital en educación tenga un impacto real y duradero en el aprendizaje de los estudiantes.
